«Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas.»
INSTRUCCIONES PARA SUBIR UNA ESCALERA
Julio Cortázar
Si observamos la siguiente expresión sánscrita en su forma original, el devanāgarī
कुण्डलिनी
y luego su transliteración a nuestro alfabeto latino,
kuṇḍalinī
no nos costará demasiado comprender que transliterar consiste en representar con signos familiares los signos extraños de otro idioma. La meta es el sonido. Una buena transliteración nos mostrará (lo más afinadamente posible) cómo sonaba esa palabra en su lengua original. Si los caracteres del alfabeto receptor son insuficientes, entrarán en acción los signos especiales o diacríticos con el fin de ofrecer una información más completa.
Por ejemplo, nuestra palabra lleva un punto debajo de la ṇ, otro debajo de la ḍ y una raya (llamada macrón, que significa «largo», μακρόν, en griego) sobre la ī. ¿Qué están indicando? Acudimos al sistema internacional de transliteración sánscrita y vemos que,
– la ṇ y la ḍ son consonantes cerebrales y se pronuncian enroscando la lengua hacia atrás, apoyando la punta contra el paladar blando;
– la ī es una vocal larga, se pronuncia con un tiempo que dura el doble de una breve. Esa unidad temporal se denomina mātrā. Una vocal breve dura 1 mātrā, una larga dos mātrās.
El resultado, en la voz de Kausthub Desikachar (nieto del maestro T. K. V. Desikachar, que a su vez fuera hijo del precursor del yoga moderno, T. Krishnamacharya) es el siguiente:
Voz de Kausthub Desikachar (1)
❖
Este apartado comenzaba con la frase: «acunar la voz». Se refería, no al acto de mecer una cosa, sino al otro propósito que cumple una cuna: el de proteger. Proteger la fonética, la voz de una lengua milenaria. Una voz que nos trae de vuelta el saber y el sabor del yoga.
Algunos académicos y sanscritistas han propuesto sistemas de transliteración simplificados. La razón: actualizar la transliteración del sánscrito para hacerla más fluida y flexible. Por ejemplo, la escritura de signos diacríticos exige un uso avanzado del teclado, lo cual es muy engorroso para la mayoría de usuarios. La solución pasaría por reducir las marcas diacríticas a su mínima expresión mediante equivalencias fonéticas.
La ś y la ṣ pasan a escribirse sh, la ṛ pasa a ser ri, la c a ch, etc. La única concesión con los diacríticos recae en el macrón, a fin de poder distinguir entre vocales breves y largas. Si bien no resulta tan imperioso, por ejemplo, conservar los signos diacríticos de las cerebrales ṇ o ḍ —que, como hemos visto, nos indican que deben ser pronunciadas enroscando la lengua–, sin duda saber dónde situar el o los acentos en el término transliterado parece a todas luces esencial. No es lo mismo decir «jugo» (de limón) que «jugó» (al escondite).
Mediante un sistema simplificado nuestra palabra quedaría así
kundalinī
ahora sólo nos informa de que la ī final debe alargarse. Pero junto al recorte de signos tenemos también otro ahorro: para hacer la dicción más fluida y práctica dentro de un lenguaje corriente, no hace falta que ese estiramiento de la vocal larga se exagere tanto, como ocurre en la grabación de Desikachar. Se puede simplemente intensificar, como si fuese una vocal tónica nuestra, de manera que pueda sonar más suelta, sin tanto énfasis, de este modo,
Voz de Siri Tapa
Es obvio que la situación actual es muy diferente. Allá donde miréis vais a encontrar «kundalini» escrita sin macrón y pronunciada con acento llano. Sin embargo, esto no es una transliteración. Como ocurre con otros tantos ejemplos de la terminología del yoga moderno, se trata de una adaptación de la palabra al mundo occidental, especialmente el anglosajón.
Son términos que perdieron en algún momento su suplemento diacrítico, y desde hace siglo y medio han sido llevados y traídos por enseñantes indios y posteriormente occidentales que, o no conocían bien el sánscrito, o pensaban que para el gran público éste no era demasiado relevante. Y aquí debería mencionar otro de los argumentos sustanciales que animan a que kundalinī sea pronunciada correctamente: mantener la coherencia con su género. Una característica del sánscrito es que las palabras terminadas en vocal larga, ā o ī, apuntan al género femenino de las mismas. Yoginī, kriyā, mudrā, nādī, māyā, naulī, dhāranā, ujjāyī, bhastrikā, mārjārī, ahimsā, netī, avidyā, vajrolī, sushumnā, khecharī, pingalā, idā, samhitā, nidrā, bhramarī, mālā, Sarasvatī, Pārvatī, Lakshmī, Kālī, Gītā, devī, Durgā, dākinī, rākinī, lākinī y tantas otras, son palabras femeninas con la última vocal larga (o tónica). El hecho de pronunciarlas llanas sin duda acarrea un conflicto gramatical con su fuente sánscrita original.
Es por eso que quisiera preguntarme, preguntaros: ¿importa pronunciar kundalinī correctamente? ¿En qué medida afecta a la vibración de la palabra una entonación nueva? ¿Se ha convertido «Kundalini» en un concepto, una marca más atrapada dentro de nuestra actualidad? ¿Ha perdido su condición de lenguaje orgánico y popular? ¿Sería posible devolverle a la inmortal kundalinī (sea serpiente, diosa, conciencia o energía creativa) su resonancia, su sonido ancestral, el que durante milenios la ha representado?
Sea como fuere, se me ocurre traer aquí un poema que fuerce a la mente, llevada por el serpenteo invisible de la rima, a acoger como natural la pronunciación correcta de kundalinī.
Esta noche tuve un sueño,
ahora os cuento lo que vi:
vi a la ogresa sanguinaria,
a la diosa azul Kālī.
Vi su mano sosteniendo
un cruento bisturí,
y en la otra la cabeza
que me había cortado a mí.
Vi brotando de mi cuello
sangre a chorro de rubí,
que la diosa se bebía
cruel, voraz, fuera de sí.
Me encontré con su mirada
y es la gracia lo que vi:
fiera y libre en la espesura
la tigresa bengalí.
En la noche abrasadora
vi brillar al colibrí
y mi cuerpo atravesado
por la luz kundalinī.
Om shānti.
Javi Sanmartín
8 Comentarios. Dejar nuevo
Muchas gracias, me ha gustado mucho el artículo 😃
🙌🏼🤗
Muchísimas gracias. Hace años buscaba esta información. Excelente artículo. Cariños desde Argentina.
Verus
Y hermoso el poema!
Ohhh! Javi, qué buen artículo y qué poema bello.
Es puro amor al Yoga.
Y qué bueno es aprender 🙂
Gracias!
Me ha encantado, hermoso y didáctico al mismo tiempo, el poema describe muy bien el trance de la muerte del ego, lo que a primera vista parece horroroso es a la postre una liberación, es un sueño que de algún modo todos hemos tenido alguna vez, una delicia…
Interesante, claro y sintético. ¡Muchas gracias!
Qué maravilloso artículo. La cultura nos refina y es un misterioso placer. ¿Por qué motivo se me eriza la piel? Tal vez es que mi kundalinī se mueve impelida por la gracia de Javi Sanmartín.