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Avan­zar en Yoga

Siri Tapa

artículosbloggobinde yoga nº 1

Antes de abor­dar esta cues­tión ten­dría­mos que refle­xio­nar un poco sobre yoga y qué sig­ni­fi­ca avan­zar en yoga.

En cuan­to al yoga pare­ce ser que no nos es difí­cil reco­no­cer la prác­ti­ca de ása­nas pero sin embar­go no es lo úni­co a lo que aten­der. Yoga tie­ne unas raí­ces filo­só­fi­cas pro­fun­das que trans­for­man el esti­lo de vida, no es solo ejer­ci­cio físi­co, te mues­tra cla­ra­men­te pasos a seguir y cómo asu­mir­los en lo coti­diano. Yoga no solo atien­de a nues­tras con­di­cio­nes fisio­ló­gi­cas sino tam­bién a nues­tras emo­cio­nes, revi­sa nues­tro sis­te­ma de creen­cias y nos abre a lo espiritual.

La Luz de nues­tro samadhi no vie­ne a medir, no vie­ne a des­cri­bir, es pura expe­rien­cia tras­cen­den­te, nos acer­ca a lo sutil intan­gi­ble e incal­cu­la­ble. Lan­zo un rezo para que lo cien­tí­fi­co sir­va de apo­yo pero no nece­si­te­mos poner una cole­ti­lla cien­tí­fi­ca a todo lo que tra­ta­mos, ni nos dis­trai­ga ni evi­te lo subli­me, alcan­za­ble solo por otros medios.

El yoga es una prác­ti­ca de trans­for­ma­ción espi­ri­tual para redu­cir la pre­sen­cia del ego, no es una prác­ti­ca nar­ci­sis­ta ni egoís­ta dón­de caer en com­pa­ra­cio­nes ni com­pe­ti­cio­nes. Yoga impli­ca des­cu­brir nues­tro poten­cial inte­rior y su expre­sión, poner­nos en for­ma es una con­se­cuen­cia de algo más gran­de que una de sus par­tes, no una meta en sí misma.

Así, bien podría­mos con­cre­tar que varios de los avan­ces en yoga supon­drían no solo alcan­zar un esta­do psi­co­fí­si­co salu­da­ble, que impli­ca una prác­ti­ca ade­cua­da y cons­tan­te, sino tam­bién des­cu­brir tu pro­pio esti­lo de vida yógui­co para alcan­zar y man­te­ner un esta­do esta­ble, pero siem­pre de apren­di­za­je con­ti­nuo, de sat-chitt-anan­da, dón­de com­pren­de­mos lo autén­ti­co y nos des­ha­ce­mos de los enga­ños, dón­de el inte­lec­to da paso a la sabi­du­ría inte­rior, y dón­de el sufri­mien­to veni­do de los ape­gos y los deseos, se trans­for­man en un con­ten­to no ata­do ni permea­ble a tales circunstancias.

Avan­zar sig­ni­fi­ca ir hacia ade­lan­te y es vital acla­rar que no solo se avan­za en lo físi­co, y sí esto suce­die­ra habría que revi­sar la prác­ti­ca y la com­pren­sión que esta­mos tenien­do de yoga. Es impor­tan­te que enten­da­mos que la apli­ca­ción ade­cua­da de las téc­ni­cas van cam­bian­do nues­tras con­di­cio­nes y esto supo­ne modi­fi­car los mati­ces o inclu­so las pro­pias prác­ti­cas. Es un cir­cui­to abier­to y pre­cio­so, dón­de la inten­si­dad (diná­mi­ca o está­ti­ca) y la varie­dad rom­pen nues­tras cade­nas y la aten­ción que se hace nece­sa­ria nos reve­la el pre­sen­te. Los retos yógui­cos rom­pen el esque­ma inte­rior, lim­pian la memo­ria, crean nue­vas rutas inter­nas… y des­pe­jan el fluir de los ríos de nues­tra ener­gía. Por eso muchas veces, cuan­do exis­te una prác­ti­ca cons­tan­te y a lar­go pla­zo, avan­zar tam­bién supo­ne lle­gar a pos­tu­ras o ges­tos que en un ini­cio esta­ban lejos de nues­tro alcance.

Pero ¿pue­de todo el mun­do alcan­zar esos ása­nas de revis­ta casi impo­si­bles? Aun­que nos gus­ta­ría pen­sar que sí, la ver­dad es que la fle­xi­bi­li­dad no solo depen­de de esti­rar los múscu­los, por el con­tra­rio, nues­tra estruc­tu­ra ósea, los ten­do­nes y liga­men­tos, las fas­cias, todo par­ti­ci­pa tan­to en lo sen­ci­llo como en lo com­pli­ca­do y hemos de apren­der cómo y has­ta dón­de pode­mos jugar con todo ello. Si bien es cier­to tam­bién que con esfuer­zo el cuer­po va cam­bian­do y se dan trans­for­ma­cio­nes ines­pe­ra­das, lo mis­mo hay que man­te­ner las ganas cómo apli­car el sen­ti­do común para tomar lo que está a nues­tro alcan­ce, ni más ni menos. Por esto, y mucho más, la acti­tud del des­ape­go es algo que escu­chas renom­bra­da­men­te en cla­se, y se te orien­ta a una prác­ti­ca que, aun­que inten­sa, man­ten­ga la ama­bi­li­dad, dón­de avan­zar no sea un ries­go para tu cuer­po ni un refuer­zo para tu ego. Res­pi­ra­mos aman­do el pro­ce­so y encon­tran­do ese ása­na don­de el esfuer­zo y la paz pue­den encon­trar­se en armo­nía, dan­do cómo fru­to algo más valio­so que una foto de portada.

Pero ¿sabe­mos encon­trar siem­pre ese pun­to de equi­li­brio? Es evi­den­te que este encuen­tro requie­re de toda nues­tra aten­ción, más inclu­so que cuan­do empe­zá­ba­mos a enten­der lo que era un espe­jo, y nos negá­ba­mos a pen­sar que la ima­gen se des­va­ne­cie­ra o fue­ra a nues­tro rit­mo, y jugá­ba­mos a pillar al espe­jo infra­gan­ti. Nos ayu­da­rá en la tarea el enten­di­mien­to sobre el pro­pio cuer­po que irá aumen­tan­do con los estu­dios y prác­ti­cas, al mis­mo tiem­po que se hacen evi­den­tes las pau­tas inter­nas de aco­mo­dar­nos o exi­gir­nos dema­sia­do, lo cuál es un tra­ba­jo deli­cio­so sobre nues­tro carácter.

Como en nues­tro pro­pio cuer­po, las par­tes del yoga no están sepa­ra­das, y al escu­char y char­lar sobre la filo­so­fía del yoga, y prac­ti­car las ramas del yoga, se nos des­ve­lan sen­sa­cio­nes de lo que ya tin­ti­nea en nues­tro inte­rior bajo una mara­ña de gri­ses que van colo­reán­do­se al des­per­tar, todo jue­ga su papel, apren­de­mos a des­in­to­xi­car­nos pero tam­bién a no into­xi­car­nos, a sol­tar malos hábi­tos y a encon­trar un esti­lo de vida mucho menos estan­da­ri­za­do y cada día más autén­ti­co, a rela­cio­nar­nos hori­zon­tal­men­te des­de lo mejor de noso­tros mis­mos y abrir­nos en su encuen­tro y abra­zo a lo celeste.

Vie­ne a mi men­te como un susu­rro de ins­pi­ra­ción: Des­per­tar la luz abra­za­da al Mis­te­rio, sos­te­ner la luz y dejar­la actuar en el mundo.

Siri Tapa. Valen­cia, Sep­tiem­bre 2016

 

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