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El pino con la cabe­za sobre los dedos

Jason Birch

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El pino con la cabe­za sobre los dedos.
Yoguis sobre sus cabe­zas en el perío­do moderno temprano

Jason Birch

 

El Yogā­sa­na jai­nis­ta

El Yogā­sa­na es un manual ilus­tra­do jai­nis­ta, úni­co del siglo XIX, que con­tie­ne acua­re­las de 108 āsa­nas, algu­nas de las cua­les tie­nen nom­bres pro­pios de la tra­di­ción jai­nis­ta, como kāyotsar­gā­sa­na («la pos­tu­ra de aban­do­nar el cuer­po»). Duran­te un recien­te tra­ba­jo de cam­po en la India, Jac­que­li­ne Har­grea­ves y yo pudi­mos ver el manus­cri­to ori­gi­nal, que está en bue­nas con­di­cio­nes. Las 108 ilus­tra­cio­nes se han pin­ta­do con deli­ca­de­za en papel con acua­re­las de colo­res bri­llan­tes y repre­sen­tan a un yogui jai­nis­ta, con ata­víos sec­ta­rios, prac­ti­can­do āsa­nas en medio de un pai­sa­je. Un comen­ta­rio escri­to a mano en la por­ta­da iden­ti­fi­ca el esti­lo de la obra como de arte Rajastha­ni (espe­cí­fi­ca­men­te de Udai­pur). Aun­que el manus­cri­to no tie­ne fecha, un cole­ga que se espe­cia­li­za en arte del sur de Asia cree que este esti­lo data pro­ba­ble­men­te de media­dos del siglo XIX.

Fig. 1: Ūrdh­va­sam­yuk­ta­pā­dā­sa­na. Ilus­trac. del Yogā­sa­na jai­nis­ta, folio 50. Fig. 2: Vrikshā­sa­na. Ilus­trac. del Yogā­sa­na jai­nis­ta, folio 39.

Entre las pecu­lia­ri­da­des del Yogā­sa­na jai­nis­ta se encuen­tran varias ilus­tra­cio­nes de posi­cio­nes inver­ti­das, que mues­tran al yogui con la par­te supe­rior de su cabe­za colo­ca­da direc­ta­men­te sobre los dedos (en lugar de en el sue­lo). Esto se pue­de ver, por ejem­plo, en las ilus­tra­cio­nes de la «pos­tu­ra del árbol» (vrikshā­sa­na) y «la pos­tu­ra en la que los pies se unen por enci­ma del cuer­po» (ūrdh­vasam­yuk­ta­pā­dā­sa­na), en las Figu­ras 1 y 2 de arri­ba, respectivamente.

Has­ta hace poco, pen­sa­ba que el artis­ta había enten­di­do mal la for­ma en que se prac­ti­ca­ba el pino, o no había repre­sen­ta­do la posi­ción de los bra­zos de mane­ra rea­lis­ta. Algu­nos rela­tos tem­pra­nos de la pos­tu­ra del pino men­cio­nan la posi­ción de los bra­zos y esti­pu­lan que tan­to la cabe­za como los codos y/o las manos se colo­can en el sue­lo. Este es el caso de lo que podría ser la des­crip­ción más anti­gua dis­po­ni­ble del pino, lla­ma­do «la pos­tu­ra del infierno» (nara­kā­sa­na), la cual se ase­me­ja al pino están­dar del yoga pos­tu­ral moderno en la medi­da en que los ante­bra­zos per­ma­ne­cen en el sue­lo, jun­to con la cabe­za. Se expli­ca en el Yoga­chin­tā­ma­ni del siglo XVII de la siguien­te manera:

Habien­do apo­ya­do la cabe­za y los codos de los bra­zos en el sue­lo, [el yogui] debe levan­tar las pier­nas en el aire como un palo. Esto se ense­ña como nara­kā­sa­na.11 Este artícu­lo es un frag­men­to de una char­la titu­la­da Yogis on their Heads in the Early Modern Period, que pre­sen­té en la Uni­ver­si­dad de Kio­to con moti­vo del lan­za­mien­to de la Revis­ta de Estu­dios de Yoga (8 de mayo de 2018). Esta char­la se está pre­pa­ran­do actual­men­te para su publi­ca­ción en una revis­ta aca­dé­mi­ca revi­sa­da. Agra­dez­co a Jac­que­li­ne Har­grea­ves sus úti­les comen­ta­rios sobre un borra­dor de este artícu­lo, suge­ren­cias edi­to­ria­les y tra­ba­jo en las ilus­tra­cio­nes. Mi recien­te estu­dio inten­si­vo de este mate­rial ha sido posi­ble gra­cias al Pro­yec­to Haṭha Yoga SOAS, en el mar­co del pro­gra­ma de inves­ti­ga­ción e inno­va­ción Hori­zon­te 2020 de la Unión Euro­pea (acuer­do de sub­ven­ción núm. 647963).

     Fig 3: Kapā­lī-āsa­na. Ilus­tra­ción del Joga­pra­dīp­ya­kā, folio 19.

En con­tras­te con esto, casi todas las repre­sen­ta­cio­nes de la pos­tu­ra del pino rea­li­za­do como āsa­na en manus­cri­tos ilus­tra­dos pre­mo­der­nos de  yoga con­sul­ta­dos por mí, pre­sen­tan una ver­sión don­de las pal­mas de las manos se colo­can pla­nas en el sue­lo cer­ca de la cabe­za en una con­fi­gu­ra­ción de trí­po­de. Un ejem­plo de esto se ve en un manus­cri­to ilus­tra­do del Joga­pra­dīp­ya­kā en la Biblio­te­ca Bri­tá­ni­ca (Fig.3), que repre­sen­ta a un yogui en kapā­lī-āsa­na («la pos­tu­ra del crá­neo»), publi­ca­do por Gudrun Büh­ne­mann (2007: 47). Esta pos­tu­ra tam­bién se ilus­tra en el Yogā­sa­na jai­nis­ta, don­de es lla­ma­da pāni­muk­ta­dru­mā­sa­na («la pos­tu­ra del árbol, libre de manos»).

Comen­ta­rio de Shrī­krish­na­va­llabhā­cār­ya sobre los Yoga­sū­tra

A raíz de con­sul­tar varias publi­ca­cio­nes moder­nas, me encuen­tro aho­ra más con­ven­ci­do de que el artis­ta del Yogā­sa­na jai­nis­ta des­cri­bió con pre­ci­sión una ver­sión de la posi­ción del pino con los dedos (lla­ma­da vrikshā­sa­na) que se prac­ti­ca­ba en los siglos XVIII y XIX. En otras pala­bras, la repre­sen­ta­ción del yogui con la par­te supe­rior de la cabe­za colo­ca­da direc­ta­men­te sobre los dedos, en lugar de sobre el sue­lo, no es una ano­ma­lía artís­ti­ca, sino una repre­sen­ta­ción ver­da­de­ra y pre­ci­sa de la postura.

Ade­más, la posi­ción de la cabe­za sobre los dedos se indi­ca cla­ra­men­te en una des­crip­ción sáns­cri­ta de vrikshā­sa­na en el comen­ta­rio de Shrī­krish­na­va­llabhā­cār­ya sobre los Yoga­sū­tra. Shrī­krish­na­va­llabhā­cār­ya per­te­ne­ció al Svā­mi­nā­rā­ya­na Sam­pra­dā­ya y com­pu­so varios comen­ta­rios en sáns­cri­to en las déca­das de 1920 y 1930. Su comen­ta­rio sobre el sūtra 2.46 de Pata­ñ­ja­li (sthi­ra­sukham āsa­nam) inclu­ye des­crip­cio­nes de noven­ta y cin­co āsa­nas, que se han cita­do de una fuen­te des­co­no­ci­da. Un núme­ro sig­ni­fi­ca­ti­vo de nom­bres y for­mas de estos āsa­nas corres­pon­den a los del manual del Yogā­sa­na jai­nis­ta, como demues­tran las siguien­tes expli­ca­cio­nes de vrikshā­sa­na y ūrdh­vasam­yuk­ta­pā­dā­sa­na:

La pos­tu­ra del árbol (vrikshā­sa­na) es la siguien­te: Des­pués de poner los dedos de ambas manos sobre la cabe­za, colo­car lue­go los diez dedos en el sue­lo, fijar la coro­na de la cabe­za sobre ellos y exten­der hacia arri­ba las pier­nas rec­tas, tal es la posi­ción de, como dicen, «las pier­nas arri­ba y la cabe­za aba­jo», que es igual a una colum­na.22 The Yoga­darsha­nam of Shrī­krish­na­va­llabhā­cār­ya, p. 244 (vrikshā­sa­nam yathā – has­tad­va­yas­yā­pi pañ­cashākhau mas­ta­ko­pary ūrdh­vam prasthāp­ya tat pañ­cashākhad­va­yam api prithiv­yām samsthāp­ya tadu­pa­ri mas­ta­kaśikhā­ma­nim vin­yas­ya pādau lam­bāv ūrdh­vau pra­sār­ya yat stambha­vad vya­vasthā­nam – ‘ūrdh­va­pā­dam adhashi­ra’ iti tat || stambha­vad ] emend : stam­ba­vad Ed.).

La pos­tu­ra en la que los pies se unen por enci­ma del cuer­po (ūrdh­va­sam­yuk­ta­pā­dā­sa­na) es la siguien­te: Habien­do asu­mi­do la pos­tu­ra del árbol (vrikshā­sa­na), [el yogui] debe unir las plan­tas de ambos pies en la región por enci­ma de las nal­gas. Una vez hecho, la posi­ción [se cum­ple].33 El Yoga­darsha­nam de Shrī­krish­na­va­llabhā­cār­ya, p. 248 (ūrdh­va­sam­yuk­ta­pā­dā­sa­nam yathā [–] vrikshā­sa­nam vidhā­ya pādad­va­ya­ta­la­yoh sash­lesho nitam­bo­pa­ribhā­ge yathā syāt tathā vya­vasthā­nam tad iti).

Las razo­nes para tener los dedos deba­jo de la cabe­za no se indi­can en nin­gún tex­to. La posi­ción de los dedos pue­de haber ins­pi­ra­do el nom­bre de «pos­tu­ra del árbol» (vrikshā­sa­na) por­que los dedos en el sue­lo se pare­cen a las raí­ces de los árbo­les. Sin embar­go, colo­car la cabe­za sobre los dedos (en lugar de direc­ta­men­te sobre el sue­lo) requie­re que uno sos­ten­ga el peso del cuer­po con las manos y los bra­zos. Esto hace que el equi­li­brio sea más desa­fian­te, y ejer­ce pre­sión sobre los dedos y requie­re más esfuer­zo mus­cu­lar, par­ti­cu­lar­men­te en los bra­zos y hom­bros, para man­te­ner la posición.

Por lo tan­to, uno debe pre­gun­tar­se si esta varia­ción del pino sur­gió de una tra­di­ción ascé­ti­ca que prac­ti­ca­ba tapas. Equi­li­brar la cabe­za con los dedos para hacer que la pos­tu­ra sea más reta­do­ra pare­ce tener un aro­ma a los asce­tas que se balan­cean sobre los dedos de un pie para aumen­tar la difi­cul­tad de parar­se sobre una pier­na duran­te perío­dos pro­lon­ga­dos de tiem­po. La influen­cia del asce­tis­mo en esta colec­ción de āsa­nas se evi­den­cia cla­ra­men­te por la inclu­sión de una pos­tu­ra lla­ma­da vāmahas­tabha­yan­ka­rā­sa­na, («la pos­tu­ra que hace que [otros] teman el bra­zo izquier­do [del yogui]»), la cual se ase­me­ja mucho a la prác­ti­ca icó­ni­ca del asce­tis­mo indio, en la que un bra­zo se sos­tie­ne por enci­ma de la cabe­za (ūrdh­va­bāhu) has­ta que pier­de el vigor.

Otras fuen­tes modernas

Muchos de los gurús cono­ci­dos que revi­vie­ron la prác­ti­ca de la pos­tu­ra a prin­ci­pios del siglo XX no ense­ña­ron el pino sobre los dedos. Más bien, ense­ña­ron que la cabe­za era colo­ca­da direc­ta­men­te en el sue­lo, como en nara­kā­sa­na y kapā­lī-āsa­na, y lo lla­ma­ron shīrshā­sa­na. Toda­vía ten­go que encon­trar este nom­bre en un tex­to pre­mo­derno. La excep­ción es Swā­mī Shi­vā­nan­da (1887–1963), quien men­cio­na vrikshā­sa­na como un nom­bre alter­na­ti­vo en su des­crip­ción de shīrshā­sa­na en el libro Yoga Asa­nas, publi­ca­do por pri­me­ra vez en 1934 (2004:14). Su des­crip­ción de esta téc­ni­ca es la siguiente:

Extien­de una man­ta cuá­dru­ple. Sién­ta­te sobre las dos rodi­llas. Haz un cer­co de manos entre­la­zan­do los dedos. Coló­ca­lo en el sue­lo has­ta el codo. Aho­ra, man­tén la par­te supe­rior de tu cabe­za en este cer­co de dedos o entre las dos manos. Levan­ta las pier­nas len­ta­men­te has­ta que se pon­gan ver­ti­ca­les.44 Deseo agra­de­cer a Jac­que­li­ne Har­grea­ves por lla­mar mi aten­ción sobre esta referencia.

Encon­tré al menos otras dos publi­ca­cio­nes moder­nas que des­cri­ben e ilus­tran la posi­ción del pino de esta mane­ra. A saber, el Yoga­so­pā­na-Pūr­va­ca­tush­ka de Gha­man­de Yogī (1905:66) y el Cau­rāshī Āsa­na de Brah­ma­chā­rī Shrīn­ri­simhashar­mā (1910:31). Sus ilus­tra­cio­nes se ven en las Figu­ras 4 y 5, respectivamente.

Figu­ra 4: Ardha­vrikshā­sa­na. Ilus­tra­ción del Yoga­so­pā­na-Pūr­va­ca­tush­ka.
Figu­ra 5: Vrikshā­sa­na. Ilus­tra­ción del Cau­rāshī Āsa­na.

Ade­más, una ilus­tra­ción simi­lar (Fig.6) se encuen­tra en un manus­cri­to no iden­ti­fi­ca­do (pro­ba­ble­men­te de la Ghe­ran­da­samhi­tā), algu­nos de cuyos folios fue­ron repro­du­ci­dos en Faki­re und Fakir­tum im alten und Moder­nen Indien por Richard Sch­midt (1908:57). La ilus­tra­ción mues­tra la mudrā lla­ma­da vipa­rī­ta­ka­ra­nī con las manos cla­ra­men­te visi­bles deba­jo de la cabeza.

Figu­ra 6: Vipa­rī­ta­ka­ra­nī. Ilus­tra­ción publi­ca­da en Faki­re und Fakir­tum im alten und Moder­nen Indien.

Obser­va­cio­nes finales

La evi­den­cia tex­tual y visual pre­sen­ta­da aquí, sugie­re que había dos varia­cio­nes bási­cas de la posi­ción del pino en el perío­do pre­mo­derno: una colo­ca­ba la par­te supe­rior de la cabe­za en el sue­lo y la otra man­te­nía la cabe­za fue­ra del sue­lo colo­cán­do­la sobre los dedos. Cuan­do se cla­si­fi­ca como āsa­na, la últi­ma varia­ción se deno­mi­na vrikshā­sa­na, la cual tie­ne varias varia­cio­nes según la posi­ción de las pier­nas. Aun­que vrikshā­sa­na apa­re­ce en algu­nas publi­ca­cio­nes de prin­ci­pios del siglo XX, es sor­pren­den­te que esta varia­ción no haya sobre­vi­vi­do, que yo sepa, en el yoga pos­tu­ral contemporáneo.

Dado que el comen­ta­rio de Shrī­krish­na­va­llabhā­cār­ya cita un tex­to de yoga sáns­cri­to ante­rior y el manual de Yogā­sa­na es una com­pi­la­ción de āsa­nas más anti­guos de los que se apro­pia­ron los jai­nis­tas, estas dos fuen­tes pare­cen pre­ser­var una tra­di­ción pre­mo­der­na de prác­ti­ca pos­tu­ral que incor­po­ró más de cien āsa­nas. El manual de Yogā­sa­na no men­cio­na otros auxi­lia­res del yoga y Shrī­krish­na­va­llabhā­cār­ya no reve­la su ori­gen, por lo que se des­co­no­ce el sis­te­ma de yoga en el que se prac­ti­ca­ban ori­gi­nal­men­te estos āsa­nas.

No obs­tan­te, el gran núme­ro y la com­ple­ji­dad de estas pos­tu­ras sugie­ren que deri­van de una tra­di­ción orien­ta­da a la pra­xis que fue simi­lar en algu­nos aspec­tos a las tra­di­cio­nes que pro­du­je­ron el Hathābh­yā­sa­paddha­ti y el Joga­pra­dīp­ya­kā, que inte­gra­ron un gran núme­ro de pos­tu­ras com­ple­jas como un com­po­nen­te del Ash­tān­ga-yoga.

Ambas fuen­tes tex­tua­les, de los siglos XVII y XVIII y sus ilus­tra­cio­nes, nos brin­dan una idea de cómo los yoguis pue­den haber prac­ti­ca­do un gran núme­ro de pos­tu­ras com­ple­jas den­tro de los sis­te­mas de Ash­tān­ga-yoga, las cua­les se ins­pi­ra­ron en tra­di­cio­nes ante­rio­res de Hatha-yoga, tapas y artes marciales.

Jason Birch


 

Jason Birch com­ple­tó el Doc­to­ra­do en Filo­so­fía en Estu­dios Orien­ta­les (Sáns­cri­to) en la Uni­ver­si­dad de Oxford bajo la super­vi­sión del Pro­fe­sor Ale­xis San­der­son (2013). Se ha dedi­ca­do al estu­dio del sáns­cri­to y la prác­ti­ca del yoga des­de 1996. Como estu­dio­so del yoga, su inte­rés espe­cial se cen­tra en las tra­di­cio­nes medie­va­les del yoga de la India, en par­ti­cu­lar las cono­ci­das como Hatha y Rāja-yoga.
Des­de sep­tiem­bre de 2015, Jason ha asu­mi­do un pues­to de inves­ti­ga­ción post­doc­to­ral en SOAS de la Uni­ver­si­dad de Lon­dres, tra­ba­jan­do con James Mallin­son (el inves­ti­ga­dor prin­ci­pal) y Mark Sin­gle­ton, en un pro­yec­to de inves­ti­ga­ción de 5 años finan­cia­do por el Con­se­jo Euro­peo de Inves­ti­ga­ción. Este pro­yec­to tie­ne como obje­ti­vo edi­tar y tra­du­cir crí­ti­ca­men­te diez tex­tos de Hatha-yoga y reeva­luar la his­to­ria del Yoga a la luz de estos tex­tos inéditos.
Jason impar­te con­fe­ren­cias sobre la his­to­ria, teo­ría y prác­ti­ca del Yoga en varios pro­gra­mas de Maes­tría en Artes y cur­sos de For­ma­ción de Pro­fe­so­res de Yoga en Lon­dres, Los Ánge­les, Syd­ney, Sin­ga­pur, Japón y Bali.

Tra­du­ci­do por Javi Gobinde

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    1 Este artícu­lo es un frag­men­to de una char­la titu­la­da Yogis on their Heads in the Early Modern Period, que pre­sen­té en la Uni­ver­si­dad de Kio­to con moti­vo del lan­za­mien­to de la Revis­ta de Estu­dios de Yoga (8 de mayo de 2018). Esta char­la se está pre­pa­ran­do actual­men­te para su publi­ca­ción en una revis­ta aca­dé­mi­ca revi­sa­da. Agra­dez­co a Jac­que­li­ne Har­grea­ves sus úti­les comen­ta­rios sobre un borra­dor de este artícu­lo, suge­ren­cias edi­to­ria­les y tra­ba­jo en las ilus­tra­cio­nes. Mi recien­te estu­dio inten­si­vo de este mate­rial ha sido posi­ble gra­cias al Pro­yec­to Haṭha Yoga SOAS, en el mar­co del pro­gra­ma de inves­ti­ga­ción e inno­va­ción Hori­zon­te 2020 de la Unión Euro­pea (acuer­do de sub­ven­ción núm. 647963).
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    2 The Yoga­darsha­nam of Shrī­krish­na­va­llabhā­cār­ya, p. 244 (vrikshā­sa­nam yathā – has­tad­va­yas­yā­pi pañ­cashākhau mas­ta­ko­pary ūrdh­vam prasthāp­ya tat pañ­cashākhad­va­yam api prithiv­yām samsthāp­ya tadu­pa­ri mas­ta­kaśikhā­ma­nim vin­yas­ya pādau lam­bāv ūrdh­vau pra­sār­ya yat stambha­vad vya­vasthā­nam – ‘ūrdh­va­pā­dam adhashi­ra’ iti tat || stambha­vad ] emend : stam­ba­vad Ed.).
  • 3
    3 El Yoga­darsha­nam de Shrī­krish­na­va­llabhā­cār­ya, p. 248 (ūrdh­va­sam­yuk­ta­pā­dā­sa­nam yathā [–] vrikshā­sa­nam vidhā­ya pādad­va­ya­ta­la­yoh sash­lesho nitam­bo­pa­ribhā­ge yathā syāt tathā vya­vasthā­nam tad iti).
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    4 Deseo agra­de­cer a Jac­que­li­ne Har­grea­ves por lla­mar mi aten­ción sobre esta referencia.

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