¿Qué es?
Ishvara Pranidhana aparece en los Yogasutra de Patañjali como el tercer componente del Yoga de la acción purificatoria o Kriya Yoga junto a Tapas (fervor, disciplina) y Svadhyaya (auto-estudio a través de las escrituras), y también como el quinto Niyama o disciplina interna junto a Shaucha (pureza), Samtosha (contentamiento), Tapas y Svadhyaya.
Meditación constante en la divinidad, entrega, devoción, reverencia, ofrenda, dedicación, aceptación, humildad, amor, desapego o ecuanimidad. Son muchas las palabras con las que podríamos definir Ishvara Pranidhana, y todas ellas nos remiten directamente al corazón.
Se traduciría como meditación constante o entrega a Ishvara, siendo Ishvara el Señor, o Dios.
¿Y cuál es el rol de dios en un sistema esencialmente ateo?
Profundizando un poco en el sistema filosófico Samkhya, al cual se adhieren los Yogasutra de Patañjali, y en su concepción de Ishvara, vemos que se trata de un sistema esencialmente ateo, según el cual existe una Materia e infinitos Purushas o Espíritus (almas), e Ishvara sería un Purusha con unas cualidades peculiares.
La finalidad del Yoga de Patañjali no es la unión del Purusha con Ishvara o Dios, como ocurre en las místicas de tipo Bhakti o devocionales, sino el aislamiento del Espíritu individual o Purusha respecto de la Materia (Kaivalya). Y para alcanzar esta meta, Dios aparece como un medio opcional, al cual se puede recurrir o no. Es decir, el rol de Ishvara dentro de la Filosofía Yoga sería secundario; de hecho, Fernando Tola afirma la probabilidad de que los sutras referentes a Ishvara hayan sido una interpolación tardía en el texto.
Peragón al respecto expone que Ishvara no representa al Dios creador al que nos tiene acostumbrados el monoteísmo, que para muchos yoguis Ishvara representa el guru perfecto, un arquetipo que sirve como soporte devocional, y que si Patañjali se tomó la licencia de incluirlo, aun siendo la base del Samkhya fundamentalmente atea, es porque la tradición ha demostrado que la práctica devocional es una vía directa de conexión con lo sagrado.
De este modo tan claro y contundente remarca Sri Shankara la importancia de la devoción: “Entre todos los medios que nos conducen a la liberación,la devoción ocupa un lugar supremo.”
El desprendimiento del fruto
Ishvara Pranidhana, como hemos visto, es el tercer componente del Kriya Yoga, y no casualmente aparece enumerado en último lugar pues,en lenguaje metafórico, Ishvara Pranidhana podría describirse como ese desprendimiento final que hace el árbol de sus frutos una vez están maduros. De este modo tan bello lo ilustra Julián Peragón:
“El fruto de nuestro árbol meditativo ha ido madurando pero, casi en secreto, albergaba un final dramático:no estaba destinado a guardarse en la despensa, sino a desprenderse en el vacío. Cuando el yo ha reconocido su componente ilusorio, ya no vivimos para nosotros mismos sino para algo mayor que nosotros: el bien común, los demás, la vida en sí.”
“Después del largo camino que hemos realizado ahora tenemos que dejar ir, río abajo, todo lo que hemos alcanzado. Todas aquellas comprensiones y experiencias en las que nos hemos ido apoyando a lo largo de nuestra maduración interna, ahora se vuelven un lastre que hemos de ir soltando.”
Hemos trabajado la disciplina y voluntad con Tapas, afinado nuestra inteligencia con Svadhyaya. pero sin Ishvara Pranidhana, afirma Peragón, ese poder personal y conocimiento que en un primer momento podían constituir avances se convierten en obstáculos que tornan nuestra práctica egocéntrica y compleja:
“Una práctica constante, intensa y entusiasta puede llevarnos muy lejos en nuestros propósitos pero también puede darnos un poder personal difícil de manejar, puede inflar sobremanera nuestra valía y puede atarnos a las experiencias extraordinarias que se desprenden de ella.”
“Practicar con corazón es practicar impecablemente sin una búsqueda de perfección, practicar en la acción sin una preocupación por los resultados, sin un apego a los frutos y sin una expectativa de poderes extraordinarios. Practicar desde el abandono.”
“El Yoga tiene que salir de cualquier atisbo de narcisismo y de toda pretensión de perfección. Cuando queremos alimentar, aunque sólo sea en un pequeño resquicio del fondo, al superhombre o supermujer en nuestra práctica yóguica, ésta se enrarece, se vuelve compleja y exigente.”
Julián Peragón.
Swami Satchidananda define Ishvara Pranidhana como la dedicación de los frutos de todas nuestras acciones a Dios o a la humanidad. Que cada acción, ya sea lavar los platos o nuestra práctica meditativa, sea una ofrenda o un acto de adoración a Dios. Esta actitud nos libera del egoísmo y de sus consecuencias perturbadoras para la mente.
“Convierte cada acción en Yoga con la varita mágica de la actitud adecuada.”
Swami Sivanandaji
Sri Swami Satchidananda nos invita a comprender que somos meros administradores de nuestros bienes, no sus dueños. Y al igual que sucede con los bienes materiales, sucede con los no materiales, como pueden ser los logros o avances en nuestra práctica espiritual (por ejemplo, los siddhis o poderes mencionados por Patañjali) que, si no son tomados con la actitud discriminativa adecuada, nos devuelven a la casilla de salida ofuscando de nuevo nuestra mente con el apego y deseo.
“Es posible que estos poderes (siddhis) sean el último desafío para el iniciado en Yoga: convertir el orgullo de tener poderes en la humildad de recibirlos como dones, cambiar el beneficio obtenido por ellos por generosidad para los necesitados o transformar la autocomplacencia del yo en verdadera realización de entrega a lo sagrado.”
Julián Peragón
“Los frutos de nuestras acciones no nos pertenecen. Todos los aferramientos se los lleva el tiempo, carecen de sustancia y son una ilusión más de nuestro excesivo control.”
Julián Peragón
Afirma Satchidananda que, de otro modo, lo único que hemos hecho es cambiar unos apegos por otros, como quien cambia la adicción a la heroína por la adicción a la metadona, cambiamos los deseos mundanos por otros más sutiles o espirituales, pero que de igual modo nos mantienen esclavizados.
El deseo de liberación: la última atadura
El camino del Yoga y Samadhi se resume como la vía del no-apego, de liberación respecto a todo deseo y el estado de paz resultante de la misma. Afirma Satchidananda, deseo y paz son dos estados incompatibles que se excluyen mutuamente.
“Durante años había creído que la vida espiritual tenía que ver con algún estado especial de perfección o iluminación. Pero realmente tiene que ver con abandonar el apego. La vida no depende únicamente de lo que hacemos. Las grandes ilusiones en pos de las cuales nos esforzamos, ya sea en el mundo o en la vida espiritual, resultan ser falsas. Cuando aprendemos a soltar descubrimos aquello que es verdadero antes y después de todos nuestros planes”
Jack Kornfield
Iyengar define Ishvara Pranidhana como humildad y entrega del ego, y remitiéndose al sutra 29 del Capítulo IV, afirma que el “dharmameghah samadhi”(nube del dharma samadhi) es alcanzado por aquél que ha superado incluso el deseo de iluminación.
Así, el deseo de Dios o de cualquier logro celestial aparece como último obstáculo, desafío o atadura, y al soltarla, desciende sobre el yogui la virtud y la gracia, cual lluvia torrencial.
“Moksabhekso bandhah” Hasta el deseo por la liberación es una atadura. (Escrituras védicas)
Discernimiento y desapego
Este sagrado desinterés o desapego, expone Swami Satyananda Saraswati, maestro de Advaita Vedanta, es una consecuencia natural del correcto discernimiento. Conforme desarrollamos una práctica constante de purificación interna obtenemos destellos de reconocimiento de lo que es real o eterno en nosotros (Sat, Brahman, Purusa, Dios) y lo que es irreal o transitorio (todo lo demás, asat), y fruto de este reconocimiento o discernimiento surge espontáneamente el desinterés por todo lo impermanente. El deseo se esfuma de forma natural porque experimentamos la Plenitud que somos, un gozo interno que no depende de nada externo. Ni siquiera hay deseo de liberación porque experimentamos que nuestra esencia es ya libre. Afirma Swami Satyananda “Nos entregamos a la experiencia de lo que ya somos. Ésta es la auténtica entrega.”
Pero aún si alcanzamos estos destellos de discernimiento y plenitud ¡Con cuánta facilidad volvemos a identificarnos con nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestro personaje e individualidad, enredándonos de nuevo en deseos, reapareciendo la falta de paz y el desasosiego! Es por ello que hacemos sadhana, de forma constante y perseverante, para purificar la mente y cultivar el correcto discernimiento.
Ishvara Pranidhana: vía directa hacia el samadhi
El sutra II.45 dice que por la entrega total a Dios, el samadhi es conseguido.
Este sutra nos está revelando que Ishvara Pranidhana basta para llegar a samadhi. Si lo cultiváramos siempre, no habría motivo para seguir leyendo ni sentarnos a meditar, pues nuestra vida sería una meditación constante. Cuando hay Ishvara Pranidhana no hay ignorancia; Ishvara Pranidhana es pura comprensión de nuestra verdadera naturaleza, profunda sabiduría, es discernimiento entre lo ilusorio y lo real, entre lo meramente transitorio y lo eterno.
“Tyagat shantir anantaram” Dedicación total, paz infinita.
“Haz todo en mi nombre, y entonces tendrás paz y alegría” Bhagavad Gita
Lo que sucede es que esta comprensión aparece a lo sumo de forma intermitente, como un destello de luz más o menos fugaz, y volvemos a olvidar; por ello nuestra práctica debe ser constante, para recordar.
“A pesar de las distintas explicaciones y métodos, Yoga sólo hay uno que atiende a un solo propósito, que es recuperar la conciencia de Ser. Todos los males que el Yoga cura podrían reducirse a la amnesia:el olvido de nuestra naturaleza divina, “imperecedera, eterna, no nacida e inmutable” Gita II.21”
Swami Omkarananda
El vacío y la plenitud
Ishvara Pranidhana es comprensión de nuestra pequeñez frente a algo superior, relativizar el yo pequeño, trascenderlo, y que del vacío tras desentrañar lo ficticio, lo ilusorio, lo pequeño, lo efímero, pueda brotar la plenitud de la experiencia de la chispa de lo divino, de lo inconmensurable, lo verdadero, y lo eterno que verdaderamente somos.
“El estremecimiento que sentimos ante el cosmos nos remite a la nada. ¿Qué somos? ¿Dónde queda nuestra importancia personal? ¿Qué significa nuestra vitrina de trofeos y medallas? Somos el grano de arena en la amplitud del desierto, la gota de agua en la inmensidad del océano… Nuestra mente estalla ante la aniquilación de la nada, pero el corazón nos rescata y nos dice que también somos el todo, que el universo ahí fuera es idéntico al universo que sentimos dentro.”
Julián Peragón
Conclusiones
Con Ishvara Pranidhana convertimos la práctica y cada acción en una ofrenda, ya sea a Ishvara, a lo Divino, a Shiva, Brahman, al bien común, a la vida, al planeta, a nuestro hermano, a lo Supremo, al Guru o maestro… No importa quién o qué sea aquello que despierta nuestra devoción o actitud de entrega, ni el nombre con el que lo designemos, al dejar de practicar o actuar para nosotros mismos, lo complejo se torna amable, y nuestra práctica y vida, celebración y gozo. En ocasiones cultivaremos esta actitud de un modo más voluntarioso o forzado, pero perseverando en ella y en nuestra sadhana, otras muchas surgirá espontáneamente como verdadera comprensión de que el yo es una construcción efímera, un sueño, una ilusión.
“Me olvidé de mí, y encontré la paz.”
Bibliografía:
La Síntesis del Yoga. Julián Peragón.
Meditación Síntesis. Julián Peragón.
Prólogo de Swami Omkarananda a Los Orígenes del Hatha Yoga.
Los Yoga Sutras de Patanjali. Traducción y comentario por Swami Satchidananda.
Viveka y Vairagya. Swami Satyananda Saraswati. Ediciones Advaitavidya.
Luz sobre los Yoga Sutras de Patañjali. B.K.S Iyengar.
La Filosofía Yoga. Fernando Tola y Carmen Dragonetti.
Después del éxtasis, la colada. Jack Kornfield.