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Yoga y yoguis (II)

Jim Mallin­son

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YOGA Y YOGUIS (II)

James Mallin­son

(Vie­ne de Yoga y Yoguis, par­te I)


SEC­TAS DE YOGUIS


Aho­ra qui­sie­ra mirar con más deta­lle las sec­tas de yoguis en el perío­do en que se unen para for­mar una masa rela­ti­va­men­te homo­gé­nea en órde­nes más for­ma­les, duran­te los siglos XVI y XVII. Pri­me­ro, per­mi­tid­me regre­sar a los Dat­tā­tre­ya­yo­gashās­tra, para traer un pasa­je que nos pue­de dar algu­nos deta­lles más espe­cí­fi­cos sobre el medio en el que fue compuesto.

munn­di­to dandadhārī vā
kāshāyavasano ’pi vā ||43||

nārāyannavado vāpi jatilo
bhas­ma­le­pa­nah|
namahshivāyavāchī vā
bāhyārchāpūjako ’pi vā ||44||

sthānadvādashapūjo vā mālābhir
bahubhūshitah|
kriyāhīno ’tha­vā krūrah katham
siddhim avāpnuyāt ||45||

«Con la cabe­za afei­ta­da, aca­rrean­do un palo, o vis­tien­do ropas ocres;
dicien­do Nārā­ya­na con el pelo enma­ra­ña­do, o tiz­nan­do el cuer­po con cenizas;
dicien­do namah shi­vā­ya o vene­ran­do imá­ge­nes externas;
ado­ran­do en los doce luga­res o lucien­do abun­dan­tes mālās:
[inclu­so hacien­do todas estas cosas,] si [el yogui] no prac­ti­ca, o si es cruel,
¿cómo pue­de alcan­zar el siddhi?»

Doce tilaks Harid­war 2010 © James Mallinson


Este pasa­je con­fir­ma la cone­xión entre los Dat­tā­tre­ya­yo­gashās­tra y los das­nā­mīs, a los cua­les se apli­can todos estos epí­te­tos. O eso pen­sé. En 2009 di una con­fe­ren­cia en Oxford en la que hablé de este pasa­je. Tomé el com­pues­to dvā­dashasthā­na­pū­jah, «ado­ran­do en los doce luga­res», para refe­rir­me a los doce tem­plos Jyo­tir­lin­ga de Shi­va espar­ci­dos por toda la India, don­de se encuen­tran a menu­do los Das­nā­mīs Shai­va. Pero la Dra. San­juk­ta Gup­ta  sugi­rió que se refe­ría al Pāñ­ca­rā­tri­ka y la prác­ti­ca Shrī­vaish­na­va de apli­car el ūrdh­va­pun­dra, la señal sec­ta­ria Vaish­na­va, en doce luga­res del cuer­po. En la foto de arri­ba hay un Rāmā­nan­dī Tyā­gī apli­cán­do­se­la en el Kumbha Melā del año pasa­do.

Mi reac­ción ini­cial fue la de pen­sar que esto era impro­ba­ble, por­que los Das­nā­mīs son shi­vaís­tas extro­ver­ti­dos: en el Kumbha Melā, el cam­pa­men­to de los Das­nā­mīs se cono­ce como el Shiv Dal, el ejér­ci­to de Shi­va; el de los Rāmā­nan­dīs es el Rām Dal. Las bata­llas entre ambos fue­ron fre­cuen­tes en los dos­cien­tos años ante­rio­res a cuan­do los bri­tá­ni­cos toma­ron el con­trol de la Melā, y la memo­ria de aquel perío­do sigue acti­va. El año pasa­do, en Harid­war, recor­dé la his­to­ria de dos Sann­ya­sis Shai­va, Laksho Giri y Bhai­ro Giri, los cua­les recha­za­ban la comi­da dia­ria has­ta no haber mata­do a cin­co Vaish­na­vas, y son este tipo de depre­da­cio­nes, al menos en la leyen­da de los Rāmā­nan­dī, las res­pon­sa­bles de su militarización.

Poco des­pués de la con­fe­ren­cia en Oxford, sin embar­go, repa­san­do mi mues­tra­rio de esca­neos de minia­tu­ras medie­va­les de asce­tas, con­tem­plé, como sue­lo hacer a menu­do, las estam­pas mere­ci­da­men­te cono­ci­das del famo­so pin­tor Basa­wan.  En este caso eran las de una bata­lla entre dos gru­pos de asce­tas hin­dúes que tuvo lugar en Tha­ne­sar (cer­ca de Kurukshe­tra) en 1567. La con­tien­da fue pre­sen­cia­da por el empe­ra­dor Akbar, de ahí su inclu­sión y repre­sen­ta­ción en el Akbar Nāma. Los dos flan­cos en la bata­lla per­te­ne­cen a las subór­de­nes Giri y Purī de los Dasnāmīs.

Tha­ne­sar Battle © Vic­to­ria and Albert Museum, Lon­don (IS.2:61–1896)
Tha­ne­sar Battle © Vic­to­ria and Albert Museum, Lon­don (IS.2:62–1896)

Si obser­va­mos de cer­ca a los com­ba­tien­tes de ambos lados (foto de aquí aba­jo), pode­mos ver que, don­de es visi­ble, apa­re­cen lucien­do tilaks Vaishnava.

Tha­ne­sar Battle clo­se-up © Vic­to­ria and Albert Museum, Lon­don (IS.2:62–1896)

Se podría argu­men­tar que este cua­dro, que se remon­ta a unos 25 años des­pués de la esca­ra­mu­za, inclu­ye una cier­ta can­ti­dad de licen­cia artís­ti­ca. Y que simi­la­res tilaks en otra pin­tu­ra de la mis­ma lucha, per­te­ne­cien­te a un manus­cri­to del Akbar Nāma en la Biblio­te­ca Públi­ca Orien­tal Khu­da Buksh, de Pat­na, (un esca­neo que el Pro­fe­sor Pinch me faci­li­tó ama­ble­men­te) podrían ser debi­dos a que el pin­tor esta­ba copian­do de la obra maes­tra de Basa­wan. Pero el natu­ra­lis­mo de las repre­sen­ta­cio­nes que se encuen­tran en las minia­tu­ras de esta épo­ca es bien cono­ci­do, y pue­do afir­mar que la con­sis­ten­cia en las dife­ren­tes imá­ge­nes de asce­tas de dife­ren­tes sec­tas, en la gran can­ti­dad de estas pin­tu­ras que he con­sul­ta­do, es sor­pren­den­te­men­te coherente.

Ade­más, tene­mos otra evi­den­cia pic­tó­ri­ca de la orien­ta­ción Vaish­na­va de al menos algu­nas de las subór­de­nes Das­nā­mī del siglo XVI, en for­ma de una mara­vi­llo­sa pin­tu­ra de un cam­pa­men­to ascé­ti­co per­te­ne­cien­te a un álbum cono­ci­do como el Muraq­qa de San Peters­bur­go, en el que recien­te­men­te la Dra. Debra Dia­mond me hizo lla­mar la aten­ción (ver aquí deba­jo, se pue­de ampliar pin­chan­do la imagen).

Mogo­les Visit an Encamp­ment of Sadhus © Ins­ti­tu­te of Orien­tal Manus­cripts, St Petersburg

Fue pin­ta­do por Mīr Say­yīd Ali alre­de­dor de 1565. A dife­ren­cia de la ima­gen de Tha­ne­sar, la sec­ta de sadhus no se iden­ti­fi­ca en nin­gún tex­to que acom­pa­ñe a la obra, pero estoy segu­ro de que son Das­nā­mīs de nue­vo, pro­ba­ble­men­te Purīs o Giris. Las seme­jan­zas entre este cua­dro y el del cam­pa­men­to Das­nā­mī Nāgā son sor­pren­den­tes. (Todo excep­to, por supues­to, la ausen­cia del acto de fumar: en el siglo XVI, esta cos­tum­bre no había hecho más que lle­gar a la India y por supues­to segui­ría cre­cien­do, pero por enton­ces vemos que los Nāgās toda­vía están molien­do y bebien­do bhang, en lugar de fumar­lo). Y pode­mos notar que estos Nāgās no están repre­sen­ta­dos como gue­rre­ros, pues no hay armas en la imagen.

Aho­ra vol­va­mos a mi tema: si nos enfo­ca­mos en el mahant de este gru­po, vemos que él tam­bién está usan­do un ūrdh­va­pun­dra Vaishnava.

Tal vez uno podría argu­men­tar que los sadhus aquí repre­sen­ta­dos son Rāmā­nan­dīs Vaish­na­va, o al menos sus ante­ce­so­res, pero cier­tas carac­te­rís­ti­cas se opo­nen a tal con­cep­ción, como la des­nu­dez de los asce­tas y la ropa ocre: los Rāmā­nan­dīs des­pre­cian la ropa ocre de los Samn­yā­sīs, pues dicen que es el color del flui­do mens­trual de Par­va­tī, y nun­ca van des­nu­dos. Ade­más, la prác­ti­ca ascé­ti­ca de man­te­ner uno o dos bra­zos en el aire duran­te años no es rea­li­za­da por Rāmā­nan­dīs por­que des­fi­gu­ra per­ma­nen­te­men­te el cuer­po. En los infor­mes his­tó­ri­cos y entre los asce­tas actua­les, sólo los samn­yā­sīs rea­li­zan esta peni­ten­cia. (De paso, que­rría seña­lar que creo que los ante­pa­sa­dos de los Rāmā­nan­dīs y los Samn­yā­sīs pue­den haber esta­do muy estre­cha­men­te rela­cio­na­dos, tal vez inclu­so lle­gan­do a ser los mis­mos en el momen­to en que se pin­tó este cua­dro, y que las dife­ren­cias que noté ante­rior­men­te se pro­du­je­ron luego.)

Así que esta evi­den­cia pic­tó­ri­ca sugie­re que las subór­de­nes Purī y Giri de los Das­nā­mī Nāgā Samn­yā­sīs eran ori­gi­nal­men­te Vaish­na­va (y dejad­me seña­lar aquí que no he encon­tra­do nin­gu­na minia­tu­ra mogol del mis­mo perío­do de asce­tas con mar­cas de Shai­va). Estos tilaks Vaish­na­va me hicie­ron pen­sar en los Das­nā­mīs y me di cuen­ta de que, de hecho, las carac­te­rís­ti­cas Vaish­na­va de la orden son innu­me­ra­bles. Tan­tas que no hay tiem­po sufi­cien­te para que las enu­me­re todas aquí. Haré men­ción sólo de unas pocas.

  • Una la tenía enfren­te de mi cara: tan­to Dat­tā­tre­ya como Kapi­la están inclui­dos en las lis­tas rela­ti­va­men­te comu­nes de los 24 ava­ta­res de Vish­nu y en con­se­cuen­cia los Dat­tā­tre­ya­yo­gashās­tra se abren con un ver­so en idio­ma man­ga­la ala­ban­do a Vish­nu en su for­ma de Nara­simha (el mis­mo en que Pad­ma­pā­da se encar­nó para sal­var a su gurú Shan­ka­ra de un Kāpā­li­ka).
  • Cuan­do los Das­nā­mīs se salu­dan, dicen om namo nārā­yan (lo sien­to sans­cri­tis­tas, me temo que cla­ra­men­te es nārā­yan y no nārā­ya­nā­ya). Este es el anti­guo salu­do ash­tāksha­ra Vaish­na­va que se ense­ña en una amplia varie­dad de tex­tos Dharmashāstra.
  • Tres de los cua­tro pīthas Das­nā­mī están en tīrthas Vaish­na­va: Badri­nath, Dvar­ka y Puri. (El cuar­to está en Shrin­ge­ri, aun­que en algu­nos tex­tos se dice que su san­tua­rio es Rameshwaram.)
  • El mis­mo Shan­ka­ra, el supues­to fun­da­dor de los Das­nā­mīs —aun­que esta atri­bu­ción es muy tar­día— fue pro­ba­ble­men­te Vaishnava.
  • El sufi­jo nomi­nal Purī, que yo sepa, sólo se encuen­tra en los nom­bres de Vaish­na­vas antes del siglo XVI apro­xi­ma­da­men­te. Ved, por ejem­plo, el Īsh­va­ra Purī, el guru man­tra de Cai­tan­ya. De mane­ra simi­lar, duran­te este perío­do, el tér­mino Gosāīm, es decir, Gos­vā­mī, que vino a refe­rir­se pre­do­mi­nan­te­men­te a los Shai­va Das­nā­mīs, sólo se usa para refe­rir­se a los asce­tas Vaishnava.

Lo que esto ilus­tra es la nota­ble flui­dez del mun­do reli­gio­so de la India en el siglo XVI, antes de la for­ma­li­za­ción de las diver­sas tra­di­cio­nes. Los aca­dé­mi­cos, inclui­do el pro­fe­sor Jack Haw­ley en Colum­bia, han lla­ma­do la aten­ción recien­te­men­te sobre cómo las sec­tas bhak­ti del nor­te de la India se ins­ti­tu­cio­na­li­za­ron duran­te el perío­do medie­val tar­dío, esta­ble­cien­do iden­ti­da­des sec­ta­rias con­cre­tas con las que pre­ten­dían recla­mar un rei­no espa­cial hin­dú pan-indio. Apar­te de los Rāmā­nan­dīs, cuyo devo­cio­na­lis­mo «abier­to» les per­mi­te estar a ambos lados de los cam­pos ascé­ti­co y devo­cio­nal, el yogui y las órde­nes ascé­ti­cas no han sido vis­tos como par­te de este pro­ce­so. De hecho, a menu­do son tra­ta­dos como algo apar­te de las tra­di­cio­nes de bhak­ti. Pero tam­bién se pue­de obser­var que a ellos les suce­die­ron pro­ce­sos de ins­ti­tu­cio­na­li­za­ción muy similares.

La orien­ta­ción Shai­va de los Das­nā­mīs pare­ce haber­se afian­za­do a lo lar­go de los siglos XVII y XVIII, cuan­do el matha Shrin­ge­ri en Kar­na­ta­ka se con­vir­tió en el más influ­yen­te de sus asien­tos. Sin embar­go, toda­vía es algo sor­pren­den­te, al menos para mí, pen­sar que podrían ser tan incons­tan­tes en su afi­lia­ción. Pero qui­zás estoy pro­yec­tan­do riva­li­da­des pos­te­rio­res en un pasa­do don­de no exis­tían. El pro­fe­sor Vijay Pinch ha demos­tra­do que los mili­tan­tes Das­nā­mīs eran típi­cos mer­ce­na­rios, que lucha­ban por el mejor pos­tor o por aque­llo que resul­ta­ra lo más estra­té­gi­ca­men­te ven­ta­jo­so para ellos. Qui­zás fue­ran igual­men­te libres con su iden­ti­dad sec­ta­ria de «gran tra­di­ción» mien­tras per­ma­ne­cían fie­les a sus guru-linajes.

El con­tras­te con las acti­tu­des actua­les está mar­ca­do. En la Kumbha Melā del año pasa­do hubo una pelea en el cam­pa­men­to Rāmā­nan­dī don­de me alo­ja­ba, y aque­llo ter­mi­nó con la hos­pta­li­za­ción de dos mahants de muy alto nivel. La lucha fue pro­vo­ca­da por otro mahant, que cam­bió su tilak en for­ma de bin­di­vā­lā —que es un pun­to rojo entre las cejas— a un srī­vā­lā —que usa una fran­ja roja. Lo había hecho para ocu­par un pues­to de alto nivel que le habían ofre­ci­do, pero muchos Rāmā­nan­dīs lo con­si­de­ra­ron una trai­ción inex­cu­sa­ble. (Debo seña­lar que tam­bién hubo un pro­ble­ma de casta).

La ins­ti­tu­cio­na­li­za­ción de los Das­nā­mīs siguió un patrón simi­lar a la de los Nāths y los Catug­sam­pra­dā­ya Vaish­na­va —de los cua­les los Rāmā­nan­dīs son una rama— en el sen­ti­do de que inclu­yó el arre­glo, al menos en teo­ría, de las sub­di­vi­sio­nes de la orden y un recla­mo al esta­tus pan-indio a tra­vés de la afi­lia­ción con las tra­di­cio­nes del sur. Qui­sie­ra echar aho­ra una bre­ve mira­da a los Nāths duran­te este perío­do, nue­va­men­te a tra­vés de la len­te de las minia­tu­ras mogol.

Bābur visi­tan­do a Gorkhat­tri, © Bri­tish Library Board (Or.3714 fol.197a y Or.3714 fol.320a)

Hay un buen núme­ro de pin­tu­ras de los Nāths de los siglos XVI y XVII, pero muy pocas de ellas real­men­te iden­ti­fi­can su temá­ti­ca. Aquí arri­ba hay un par en las que pode­mos estar bas­tan­te segu­ros que carac­te­ri­zan esce­nas con Nāths, pues son de Gorakhkha­tri, el núcleo de los Nāth en el Pun­jab. Repre­sen­tan la visi­ta del empe­ra­dor Bābur a la zona en 1505, aun­que se pin­ta­ron en 1580.

Bābur visi­tan­do a Gorkhat­tri clo­se-up, © Bri­tish Library Board (Or.3714 fol.320a)
Bābur visi­tan­do a Gorkhat­tri clo­se-up, © Bri­tish Library Board (Or.3714 fol.197a)

Arri­ba veis dos pri­me­ros pla­nos de las mis­mas imá­ge­nes en los que se pue­den ver los are­tes y los cuer­nos, estre­cha­men­te aso­cia­dos con los Nāths.

Notad tam­bién los colla­res de varios colo­res que lle­van dos de los yoguis. Estos apa­re­cen en muchas minia­tu­ras, pero has­ta hace poco me des­con­cer­ta­ban y no sabía qué hacer con ellos, ya que nun­ca he vis­to nin­guno usa­do por los Nāths actua­les, ni tam­po­co los Nāths a los que se lo he pedi­do han podi­do iden­ti­fi­car­los. Lue­go me encon­tré con el infor­me del jesui­ta Mon­se­rra­te, quien a fines del siglo XVI visi­tó Bāl­nāth Tillā, un céle­bre san­tua­rio de los Nāth situa­do en lo que hoy es el Pun­jab pakis­ta­ní y que era la sede de la sec­ta has­ta la Partición.

En la tra­duc­ción de J. S. Hoy­land  del latín de Mon­se­rra­te se lee: «La seña del ran­go de [los] líde­res es un collar, ribe­tea­do con tren­ci­llas de seda que cuel­gan y se mue­ven de un lado para otro. Lle­va tres o cua­tro de estas cenefas.»

La Dan­za de los Der­vishes ©Vic­to­ria and Albert Museum, Lon­don (I.S. 94–1965)

Hay otro cua­dro tem­prano en el que los Nāths son iden­ti­fi­ca­dos, la lla­ma­da «Dan­za de los Der­vi­ches» (ver pri­mer plano a la izquier­da y el cua­dro com­ple­to aba­jo). Es pro­ba­ble que esta pin­tu­ra haya sido encar­ga­da por Dārā Shi­koh en la déca­da de 1650 y en las leyen­das de su par­te infe­rior se iden­ti­fi­can a dos san­tos hin­dúes con los nom­bres de Mats­yen­dra y Goraksha. Nue­va­men­te tie­nen los arque­tí­pi­cos cuer­nos y are­tes de los Nāth.

Estas carac­te­rís­ti­cas de iden­ti­fi­ca­ción Nāth, muchas de las cua­les tam­bién se men­cio­nan en las fuen­tes tex­tua­les ver­ná­cu­las, nos per­mi­ten iden­ti­fi­car a los Nāths repre­sen­ta­dos en las imá­ge­nes, inclu­so cuan­do no hay una ins­crip­ción con­tem­po­rá­nea. Por tan­to, las minia­tu­ras iné­di­tas que se mues­tran en la pági­na 24 de la Biblio­te­ca Bri­tá­ni­ca repre­sen­tan gru­pos de Nāths.

“La Dan­za de los Der­vishes” © Vic­to­ria and Albert Museum, Lon­don (I.S. 94–1965)

Mien­tras tan­to, si regre­sa­mos a la bata­lla de Tha­ne­sar ante­rior­men­te vis­ta —con­tien­da que algu­nos estu­dio­sos han toma­do para impli­car a los Nāths, citán­do­la como evi­den­cia de que estos eran los pri­me­ros asce­tas indios que lucha­ban— pode­mos ali­men­tar mi afir­ma­ción ante­rior de que tales com­ba­tien­tes no son Nāths —es que no hay ni un sólo cuerno a la vis­ta— por más que parez­ca que haya uno o dos Nāths como ace­chan­do en los bor­des de la acción. (Ver pri­mer plano a la derecha)

Nāths en Tha­ne­sar © Vic­to­ria and Albert Museum, Lon­don (IS.2:62–1896)

Los Nāths son, de hecho, las órde­nes ascé­ti­cas indias menos mili­ta­ri­za­das. Nin­guno de los muchos infor­mes de gue­rra que se rela­cio­nan con los asce­tas de los siglos XVI al XVIII los cali­fi­ca de com­ba­tien­tes e inclu­so hoy en día no par­ti­ci­pan en las pro­ce­sio­nes mili­ta­res de la trie­nal Kumbha Melā. De hecho, los Nāths mis­mos dicen que no pue­den luchar por­que sería dema­sia­do fácil que sus are­tes Kānpha­tā ter­mi­na­sen extir­pa­dos, lo cual sig­ni­fi­ca la exco­mu­nión ins­tan­tá­nea de la orden.

Kānphaţā are­te, Jwa­la­mukhi 2011 © James Mallinson

Esto me lle­va a mi tema final antes de con­cluir: los are­tes. A la dere­cha os dejo una foto­gra­fía más que mues­tra un Nāths Kānpha­tā con su dis­tin­ti­vo are­te atra­ve­san­do el car­tí­la­go de su ore­ja. Si uno mira de cer­ca al gru­po de Nāths repre­sen­ta­do en ‘Sie­te Yoguis’ (ver aba­jo), se pue­de ver que sus are­tes no son de hecho al modo Kānpha­tā, sino que pen­den de sus lóbulos.

Y los Nāths en el cua­dro de Akbar Nāma de la bata­lla de Tha­ne­sar tam­bién lle­van sus are­tes en los lóbu­los de sus ore­jas. Al igual que los Samn­yā­sīs en la mis­ma pin­tu­ra. De hecho, no es has­ta fina­les del siglo XVIII cuan­do reci­bi­mos las pri­me­ras imá­ge­nes de los yoguis Kānpha­tā, así como los pri­me­ros aso­mos de este voca­blo en los textos.

Sie­te Yoguis © Bri­tish Library Board (J.22,15)

Aba­jo hay tres Nâths en una minia­tu­ra de Kishan­gar, 1780. Si obser­va­mos dete­ni­da­men­te esta ima­gen, pode­mos ver que los are­tes pare­cen estar ubi­ca­dos en los car­tí­la­gos, aun­que no está com­ple­ta­men­te claro.

Tal vez la pri­me­ra des­crip­ción defi­ni­ti­va de un yogui Kānpha­tā se encuen­tra en un folio de un mara­vi­llo­so álbum de imá­ge­nes de 110 per­so­na­jes encar­ga­do por el Coro­nel James Skin­ner en 1825 (ver la ima­gen antes de la conclusión).

¿Qué esta­ba ocu­rrien­do enton­ces? ¿Por qué estos yoguis de repen­te deci­die­ron hacer­se agu­je­ros en las ore­jas? En fin, no sé de dón­de saca­ron su ins­pi­ra­ción, pero lo que pare­ce haber suce­di­do es que un amplio aba­ni­co de yoguis de dife­ren­tes lina­jes por­ta­ban aros en los lóbu­los de sus ore­jas, y des­pués los Nāths, o al menos aque­llos que eli­gie­ron adhe­rir­se a Goraksha, tra­ta­ron de dis­tin­guir­se de los otros usan­do are­tes en los car­tí­la­gos. Esto coin­ci­dió con el logro de la hege­mo­nía de Goraksha sobre las nume­ro­sas subór­de­nes dis­pa­res de la sam­pra­dā­ya Nāth.

Kishan­garh Nāths. Pri­va­te Collection
Skin­ner Kānphaţā © Bri­tish Library Board (Add.27255 fol.399)

 


CON­CLU­SIÓN


Ter­mi­na­ré aho­ra con algu­nas obser­va­cio­nes gene­ra­les. Espe­ro haber logra­do demos­trar cómo el saber reci­bi­do de que el hatha­yo­ga fue ini­cial­men­te pro­pa­ga­do por Goraksha cuan­do esta­ble­ció la orden de los Nāth unos mil años atrás, cor­tan­do agu­je­ros en los car­tí­la­gos de las ore­jas de sus doce dis­cí­pu­los —y que todos los otros que prac­ti­can hatha­yo­ga están en con­se­cuen­cia reme­dan­do a los Nāths— está en nece­si­dad de revi­sión. Las prác­ti­cas cla­ve del hatha­yo­ga —inclu­yen­do āsa­nas com­ple­jas y de no-asien­to, que no he dis­cu­ti­do pero cuyas pri­me­ras des­crip­cio­nes se encuen­tran en los orí­ge­nes del Pāñ­ca­rā­tri­ka—, se ori­gi­na­ron entre los ascen­dien­tes de los Das­nā­mīs y los Rāmā­nan­dīs. Esto abre un nue­vo cam­po de fuen­tes etno­grá­fi­cas para el yoga. Has­ta aho­ra, la prác­ti­ca del yoga entre estos gru­pos ha sido vis­ta como un simu­la­cro de la de los Nāths, cuan­do en reali­dad es un des­cen­dien­te direc­to del hatha­yo­ga original.

Me gus­ta­ría aho­ra tra­tar de ubi­car el yoga y los yoguis en un pro­ce­so his­tó­ri­co más amplio, don­de su rol gene­ral­men­te es pasa­do por alto. Veréis, duran­te mucho tiem­po me he pre­gun­ta­do por qué se escri­bie­ron los tex­tos sobre hatha­yo­ga: ¿por qué, espe­cial­men­te si, como sos­ten­go, estas prác­ti­cas ya exis­tían des­de hacía varios siglos, y no se codi­fi­ca­ron has­ta prin­ci­pios del perío­do medie­val? Sugie­ro que esto se debió a un pro­ce­so his­tó­ri­co mucho más amplio duran­te el cual la reli­gión se democratizó.

Muchos de los tex­tos de hatha­yo­ga decla­ran explí­ci­ta­men­te que pue­den ser prac­ti­ca­dos por cual­quie­ra. Escri­tos en sáns­cri­to sim­ple y libres de la meta­fí­si­ca abs­trac­ta de los Yoga­sū­tra y su exé­ge­sis, o la mara­ña eso­té­ri­ca de los tex­tos de Shai­va, son los pri­me­ros escri­tos sobre yoga acce­si­bles a todos. Lo cual pro­pi­ció que sus fines —es decir, la libe­ra­ción de un hatha­yo­ga orien­ta­do al bin­du y de los siddhis en el caso del Shai­va yoga— fue­sen tam­bién acce­si­bles para todos, eli­mi­nan­do la nece­si­dad de una renun­cia ascé­ti­ca y otras deman­das sacer­do­ta­les, la para­fer­na­lia ritual y las ini­cia­cio­nes sec­ta­rias. Esta demo­cra­ti­za­ción de la reli­gión se encuen­tra en los cul­tos de bhak­ti que comen­za­ron a desa­rro­llar­se duran­te el mis­mo perío­do, y pue­den haber sido un coro­la­rio de la des­apa­ri­ción del Shi­vaís­mo, al menos como gran reli­gión estatal.

Esta aper­tu­ra del yoga fue la res­pon­sa­ble de la pro­duc­ción de sus tex­tos. Los asce­tas habían apren­di­do hatha­yo­ga a tra­vés de ense­ñan­zas ora­les duran­te siglos, pero una vez que tales ense­ñan­zas se hubie­ron abier­to a otros miem­bros del gru­po, se pro­du­je­ron tex­tos, tal vez como resul­ta­do del patro­ci­nio de estos nue­vos prac­ti­can­tes, que habrían reclu­ta­do pan­dits para codi­fi­car las ense­ñan­zas de los gurús ascéticos.

Un pro­ce­so his­tó­ri­co simul­tá­neo que afec­tó al yoga, o más bien a los yoguis, y que está rela­cio­na­do con la expan­sión de la reli­gión, es uno del que ya he habla­do: la for­ma­ción de sec­tas a par­tir de un medio reli­gio­so más flui­do en el perío­do medie­val tardío.

El yoga tam­po­co fue inmu­ne a otros pro­ce­sos his­tó­ri­cos, no espe­cí­fi­ca­men­te reli­gio­sos. Así, tam­bién se dio una explo­sión en la acti­vi­dad inte­lec­tual en la eta­pa medie­val tar­día, de 1550 a 1750, que se mani­fes­tó en la pro­duc­ción de una gran can­ti­dad de com­pen­dios y comen­ta­rios en sáns­cri­to, e inclu­so la com­po­si­ción de una doce­na de nue­vos Yoga Upa­nishads, com­pi­la­dos com impro­vi­sa­dos pasa­jes de tra­ba­jos ante­rio­res sobre hatha­yo­ga, a veces inclu­so incor­po­ran­do tex­tos com­ple­tos. El final de este perío­do tam­bién vio la com­po­si­ción de la pri­me­ra obra sáns­cri­ta ver­da­de­ra­men­te «Nāth», es decir, la pri­me­ra que se com­pu­so des­pués de la for­ma­li­za­ción de la orden, el Siddha­siddhān­ta­paddha­ti, un tex­to que a menu­do se afir­ma en la lite­ra­tu­ra secun­da­ria corres­pon­der al siglo XI, pero que, en cam­bio, nin­gu­na de sus citas o manus­cri­tos se remon­ta más lejos de media­dos del siglo XVIII.

En el mis­mo perío­do se com­pu­so una varie­dad de obras ver­ná­cu­las sobre yoga, como los Jñān Samu­dra y Sar­vān­ga­yo­ga­pra­dī­pi­kā de Dādū­panthī Sun­dar­dās, el Jog­pra­dī­pa­kā de Jaya­ta­rā­ma y varias obras per­sas, tan­to de hin­dúes como de musulmanes.

Final­men­te, quie­ro ter­mi­nar resal­tan­do que es la filo­lo­gía lo que sub­ya­ce en todo lo que he expues­to, que no es sino a tra­vés del estu­dio crí­ti­co de los tex­tos de yoga que se pue­da enten­der el enre­ve­sa­do mate­rial his­tó­ri­co y etno­grá­fi­co. Como seña­lé al prin­ci­pio, el cor­pus de tex­tos sáns­cri­tos sobre hatha­yo­ga no ha sido, has­ta hace poco, obje­to de estu­dio crí­ti­co. Como con­se­cuen­cia, todos los pro­nun­cia­mien­tos sobre su tra­di­ción se han basa­do en un peque­ño gru­po de tex­tos arbi­tra­ria­men­te selec­cio­na­dos, inco­rrec­ta­men­te fecha­dos, figu­ra­da­men­te «Nāth», así como las pre­sun­cio­nes acer­ca de los Nāths mis­mos. Esto, en com­bi­na­ción con varias vici­si­tu­des his­tó­ri­cas, ha lle­va­do a un énfa­sis injus­ti­fi­ca­do en los deno­mi­na­dos ante­ce­den­tes tán­tri­cos de «mano izquier­da», y a una ausen­cia de con­cien­cia de los pro­ce­sos his­tó­ri­cos que afec­ta­ron a su desa­rro­llo. Hay mucho más tra­ba­jo por hacer, tan­to filo­ló­gi­co como de otros tipos; no hay duda de que una visión más cla­ra está aho­ra comen­zan­do a emerger.

Tra­duc­ción del inglés y notas de Javi Gobinde


James Mallin­son es Pro­fe­sor de Civi­li­za­ción Sáns­cri­ta y Clá­si­ca India en la SOAS (Escue­la de Estu­dios Orien­ta­les y Afri­ca­nos), en la Uni­ver­si­dad de Lon­dres. Su inves­ti­ga­ción se cen­tra en la tra­di­ción del yoga, en par­ti­cu­lar los tex­tos, las téc­ni­cas y los prac­ti­can­tes del hatha­yo­ga tra­di­cio­nal. Ha vivi­do duran­te años con asce­tas hin­dúes tra­di­cio­na­les y yoguis en la India. Actual­men­te lide­ra un pro­yec­to de inves­ti­ga­ción de cin­co años sobre la his­to­ria del hatha­yo­ga, finan­cia­do por el Con­se­jo Euro­peo de Investigación.

 


EXTRAS


Este ensa­yo se publi­có en inglés en la revis­ta Nama­ru­pa-15, 2012. Si quie­res adqui­rir el núme­ro don­de fue ori­gi­nal­men­te publi­ca­do, pin­cha en la imagen.

En este vídeo Jim habla de la khe­cha­rī­mu­drā y mues­tra su técnica.

[fve]https://www.youtube.com/watch?v=4qIH2H9QUPo[/fve]

Docu­men­tal de la BBC, West Meet East, don­de Jim jun­to con su ami­go el actor Domi­nic West reco­rren el cora­zón de la Kumbha Melā.

[fve]https://www.youtube.com/watch?v=0iX-F9-SXBc[/fve]

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